GUADALAJARA, viernes, 15 octubre 2004 (ZENIT.org-El Observador).- El paso por las calles de Guadalajara del Santísimo Sacramento volvió a sorprender al mundo católico. Cerca de un millón y medio de personas asistieron en la tarde de este jueves a esta procesión popular de amor y devoción a Jesús Eucaristía.

Como en cada una de las visitas del Papa Juan Pablo II, la fe del pueblo sencillo de México se desbordó en alegría, cantos y alabanzas a la Sagrada Eucaristía, esta vez cambiando el estribillo de «se ve, se siente, Juan Pablo está presente», por el de «se ve, se siente, Jesús está presente».

La monumental custodia que recorrió las calles iba acompañada, en la plataforma del carro de la Eucaristía, por los cardenales Juan Sandoval Íñigüez, de Guadalajara y Jozef Tomko, Legado pontificio para este 48 Congreso Eucarístico Internacional.

En ningún momento de la procesión se dejó de escuchar el tañido de las campanas de los cientos de templos con los que cuenta Guadalajara, como tampoco decayó la alegría de la gente. Las «porras» (como se dice en México a las aclamaciones populares) fueron para Jesucristo y para el Papa Juan Pablo II.

La asistencia de fieles, calculada en un millón y medio de personas desde la glorieta de La Minerva (fuente emblemática de Guadalajara) hasta el Centro Histórico de la ciudad, fue tal que motivó el retraso de una hora según el programa previsto por los organizadores del Congreso.

En un momento de la procesión --justamente por el retraso que llevaba-- se dio la orden de suspender la «estación» en el Templo Expiatorio, donde está teniendo lugar el encuentro mundial de la Adoración Nocturna. Pero fue tal la insistencia de éstos que el cortejo se detuvo en la explanada para que la Hostia Consagrada bendijera a sus adoradores perpetuos.

Los fieles adoradores gritaban entusiasmados: «Cristo visita nuestro hogar». A lo largo de la procesión estuvieron presentes todos los obispos mexicanos y extranjeros presentes en Guadalajara.

El encargado de dirigir la plegaria tras la bendición del Santísimo Sacramento fue el Legado papal, el cardenal Jozef Tomko. Antes, a las cinco de la tarde, se había celebrado una misa multitudinaria en la glorieta de La Minerva, presidida por el cardenal Stephen Fumio Hamao, presidente del Consejo Pontificio para los Emigrantes e Itinerantes. ZS04101505

-- Enrique Ortiz (eaortiz@yahoo.com), October 16, 2004

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-- Enrique Ortiz (eaortiz@yahoo.com), October 16, 2004.